miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cultivando los frutos del espíritu

por Benny Hinn
Jesús dijo: "(1)Yo soy la Vid verdadera, y mi Padre es el Labrador. (2)Todo pámpano que en mi no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve mas fruto. (3)Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. (4)Permaneced en mi y yo en vosotros. Como el pámpano no puede levar fruto por si mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mi.. (5)Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer" (Juan 15:1-5)
El Señor declara, "Yo soy" El no dijo: "Yo tengo la vid verdadera"; Él dijo, "Yo soy la vid verdadera"


 
Esto significa que la vid verdadera es una persona - pero no solamente una persona - es Nuestro Señor Jesucristo.


Dios Padre es el jardinero, el labrador, el Que esta encargado de que la vid produzca fruto.


Este pasaje nos revela que cada rama la cual permanece en Él - cada creyente verdadero - continuamente esta siendo podado, limpiado. Note que la palabra "limpiará" esta conjugada en tiempo presente-futuro. Esto significa que nosotros constantemente estamos siendo limpiados y refinados para que de esta manera podamos producir mas fruto.


Por lo tanto, por medio de la Palabra de Dios (versículo 3), usted y yo podemos permanecer en Él, para que Él pueda llevar a cabo su labor en nosotros. Jesús dijo: "Permaneced en mi y yo en vosotros" En el versículo 5 Él repite nuevamente este pensamiento:


"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mi, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer"


En Juan 15:16, el Señor declara, "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, El os lo de"


El fruto espiritual no es algo que uno pueda fabricar. La fuente del fruto espiritual es la presencia de Dios. Usted no tiene que fabricar nada; usted solo debe producirlo. Él es la vid verdadera, por lo tanto no siga buscando ese algo - Búsquelo a Él.


Quiero compartir con usted tres pasos muy simples los cuales le van a facilitar el que usted permanezca en la presencia de Dios, y por consiguiente, el que usted pueda producir fruto espiritual.


Uno: Obtenga un mejor conocimiento del Maestro


Jesús no estaba hablando de algún sentimiento. Él estaba hablando de permanecer en Su Persona Divina.


Comience a buscarle en su Palabra y por medio de la oración. No solo use una lista de oraciones, espérelo a Él y dele la bienvenida a su Presencia, ahí mismo, donde usted se encuentra. No se mortifique por llevar un horario o un orden del día. Dígale al Señor "Quiero Conocerte" - y ahí, espérelo, hasta que Él llegue. Pase mas tiempo con Él y llegará a conocerle mejor.


Jesús es quien produce el fruto, nosotros quienes los vemos nacer, por lo tanto, el fruto del Espíritu es realmente el fruto de Jesús. El fruto del Espíritu es el fruto del Maestro. Si usted quiere ver el fruto en su vida, debe de llegar a conocer la maravillosa y especial presencia de nuestro Señor quien es la fuente de vida del fruto del Espíritu.


Dos: Sea plantado firmemente, no permita malas influencias en su vida.


Salmo 1:1-3 declara:


"(1)Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; (2) Sino que le ley de Jehová esta su delicia, y en su ley medita de día y de noche. (3)Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, Y todo lo que hace prospera"


Es imposible permanecer en la presencia de Dios si usted lleva una vida de pecado. Si usted goza de compañía inadecuada y le gusta ver profanidad en la televisión o en películas, entonces usted no podrá ser plantado propiamente y tampoco podrá producir fruto espiritual. Solo cuando usted se deleite en las leyes de Dios, es que será usted plantado junto a corrientes de agua.


Dios juzga a los pecadores (Eclesiastés 8:11-13) Por esto es vital el resguardarse de las malas influencias en su vida. La Biblia también nos dice que la influencia de un solo pecador, destruye mucho bien (Eclesiastés 9:18) también el bien puede ser borrado por razón de mala conducta (Ezequiel 3:20)


Tres: Plantados en la congregación correcta


El Salmo 92:13-14 declara:


"Plantados en la casa de Jehová. En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificaran; estarán vigorosos y verdes"


Usted no puede producir fruto si esta plantado en tierra árida. No solo debe de ser plantado en el medio ambiente correcto, pero también debe de ser plantado en la congregación correcta. Debe usted estar conectado correctamente - tanto a Jesús, quien es la fuente de vida, como a la iglesia.


Asegúrese de que usted se encuentra en la congregación adecuada, que usted esta siendo alimentado por un Pastor quien "... no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15)


El Señor desea que usted produzca continuamente fruto - no el fruto que usted cultivó hace 20 años - sino fruto fresco. La parábola en Lucas 13:6-9 nos muestra que Dios es muy paciente durante este proceso. Dios está dispuesto a ayudarle a producir fruto, pero también espera que usted coopere con El de igual manera. Él le proveerá de fertilizante espiritual, Él le llenará de fuerza y energía y Él lo ungirá. Él le dará a probar de su Presencia para que en usted crezca la sed por Él, pero si usted continua ignorándole, eventualmente, será quebrantado (Proverbios 29:1)

¿Qué dice la Biblia acerca del aborto?"


Respuesta:
La Biblia nunca menciona específicamente el problema del aborto. Sin embargo, hay numerosas enseñanzas en la Escritura que hacen totalmente claro la visión de Dios sobre el aborto. Jeremías 1:5 nos dice que Dios nos conoce antes de formarnos en el vientre materno. El salmo 139:13-16 nos habla del papel activo de Dios en nuestra creación y formación en la matriz. Éxodo 21:22-25 prescribe el mismo castigo para alguien que cause la muerte de un bebé en el útero que para alguien que cometa un asesinato. Esto indica claramente que Dios considera a un bebé en la matriz del mismo modo que lo hace con un ser humano plenamente desarrollado como adulto. Para el cristiano, el aborto no es un asunto de elección de los derechos de la mujer. Es un asunto de la vida o la muerte de un ser humano hecho a la imagen de Dios. (Génesis 1:26-27; 9:6).



El primer argumento que se levanta siempre contra la posición cristiana sobre el aborto es, “¿Qué sucede en los casos de violación y/o incesto?” Tan horrendo como sería el quedar embarazada como resultado de una violación y/o incesto, ¿es el hacer asesinar a un bebé la respuesta? Dos errores no hacen un acierto. El niño que llega a ser el resultado de violación y/o incesto puede ser dado en adopción a una amorosa familia que no haya podido tener hijos propios – o el niño puede ser criado por su madre. Nuevamente, el bebé no debe ser castigado por los actos malvados de su padre.


El segundo argumento que usualmente se levanta contra la posición cristiana sobre el aborto es, “¿Y qué sucede cuando la vida de la madre está en riesgo?” Honestamente, esta es la pregunta más difícil de responder en el tema del aborto. Primero, recordemos que esta situación es la razón tras menos de una décima del uno por ciento de los abortos hechos en el mundo actual. Hay muchísimas más mujeres que tienen abortos porque no quieren “arruinar sus cuerpos” que mujeres que tienen un aborto para salvar sus propias vidas. Segundo, recordemos que Dios es un Dios de milagros. Él puede preservar la vida de una madre y su bebé, a pesar de que todos los pronósticos médicos estén en su contra. Aunque finalmente, esta pregunta solo puede ser decidida entre el esposo, la esposa y Dios. Cualquier pareja que enfrente esta extremadamente difícil situación deberá orar al Señor por sabiduría (Santiago 1:5) para saber lo que Él quiere que hagan.


En el 99% de los abortos ejecutados en el mundo actual, la razón es “control natal retroactivo” Una mujer y/o su pareja deciden que no quieren al bebe que han concebido. Así que deciden terminar la vida de su hijo, en vez de enfrentarse con la responsabilidad. Esta es una maldad extrema. Aún en el 1% de las situaciones más difíciles, el aborto nunca debe ser la primera opción. La vida de un ser humano en la matriz vale cualquier esfuerzo que le permita llegar al término de su proceso de nacimiento.


Para aquellos responsables de un aborto – el pecado del aborto no es menos perdonable que cualquier otro pecado. A través de la fe en Jesucristo, cualquier y todos los pecados pueden ser perdonados (Juan 3:16; Romanos 8:1; Colosenses 1:14). Una mujer que ha tenido un aborto, o un hombre que ha animado al aborto, o aún un doctor que ha ejecutado uno – todos pueden ser perdonados por la fe en Cristo Jesús.