miércoles, 23 de marzo de 2011

¿En 1 Corintios 5:5, qué significa “entregar a Satanás”?


De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1 Co. 5:1-5)
El texto expresa que alguien en la iglesia de Corinto tiene relaciones con la esposa de su padre (no con su propia madre como han comentado algunos). El pecado no deja de ser gravísimo y de tal forma lo considera Pablo, quien condena el pecado junto con la actitud de tolerancia de la iglesia. Es por ello que Pablo ordena a la iglesia ejercer disciplina sobre el pecador. No cabe duda que los corintios entendieron muy bien lo que el apóstol estaba comunicando. Hoy, a dos milenios de distancia, los exégetas sólo pueden hacer calculadas deducciones sobre el significado del texto, por ello es que existen tantas interpretaciones como comentaristas.
La interpretación clásica es que la frase “entregar a Satanás” es equivalente a excomulgar al pecador, apartarlo de la iglesia y la comunidad cristiana. La frase “destrucción de la carne” copulada con “a fin de que el espíritu sea salvo”, dicen muchos eruditos que es una referencia a que la deterioración del cuerpo de un hombre le conduce al arrepentimiento y por lo tanto a encontrar salvación.
Unos pocos comentaristas ponen 1 Corintios 5:5 en un contexto diferente al adjudicado tradicionalmente, y yo pienso que la aproximación es muy interesante. Ellos ubican las palabras de Pablo dentro del más amplio contexto de las señales de apóstol, aquellas que fueron concedidas a los apóstoles por el Espíritu Santo a los efectos de confirmar su autoridad apostólica en los comienzos de la Iglesia.
En este caso en particular, estaríamos frente a la señal o don específico de aplicar juicio repentino y tajante sobre ciertas personas y bajo determinadas circunstancias.
El caso de Ananías y Safira, en Hechos 5, sería un ejemplo típico. Hechos 12, a su vez, narra el caso de Elimás, quien es cegado temporalmente por Pablo, en el poder del Espíritu Santo. En el capítulo anterior encontramos la muerte repentina de Herodes. Si bien ningún apóstol participó en este suceso, lo que resalta es la intervención drástica de Dios trayendo juicio inmediato sobre una persona.
Otro pasaje que parece insinuar marcadamente la existencia de juicios repentinos está en 1 Corintios 11, donde Pablo señala que por participar en la comunión indignamente, muchos están “enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen” (1 Co. 11:30). No hay duda de lo que “dormir” significa en este contexto. Sin duda, este tipo de situación era común durante la época apostólica, y Pablo sabe que su audiencia estaba en conocimiento de ello. Claro que la muerte repentina de aquellos que toman la cena del Señor en forma indiferente, como un rito, o estando en pecado, o con una actitud impía, no parece ser muy común en estos días.
Otros pasajes que parecen sugerir este tipo de señales presentes en la época apostólica son, Romanos 14:14,15; 1 Corintios  8:10-11; Santiago 5:19-20; 2 Pedro 2:1; y 1 Juan 5:17.
La narrativa bíblica deja traslucir que estas señales de juicio repentino fueron disminuyendo con el paso del tiempo. En 1 Timoteo 1:19-20, Pablo entrega a Satanás a Himeneo y Alejandro. Sin embargo, un año más tarde aproximadamente, en 2 Timoteo, encontramos que Alejandro aún sigue dando problemas.
No sabemos cuándo estas señales comenzaron a ser menos frecuentes, pero las últimas epístolas parecen referirse a ellas más como una posibilidad y no algo que se daba por seguro.
Esperamos haber sido de ayuda.
Pablo Santomauro

martes, 22 de marzo de 2011

Científicos encuentran evidencia de Dios

La Teoría de la Evolución está siendo duramente criticada recientemente. Para sorpresa de muchos, la crítica no proviene de los círculos religiosos sino del mismo mundo de la ciencia.
Para muchos científicos, la complejidad de la vida, especialmente al nivel celular y molecular, sugiere diseño y no azar. Por esta razón cada vez se habla más del "Movimiento del Diseño Inteligente".
Este artículo explica el origen de tan revolucionaria tendencia y nos habla de sus protagonistas.

Científicos encuentran evidencia de Dios

Insight en las noticias, 19 de Abril, 1999

por Stephen Goode

La hegemonía darwinista en las ciencias naturales puede estar amenazada por un movimiento revolucionario y vanguardista que observa un diseño inteligente en la naturaleza... ¡y un Diseñador!

El químico Charles Thaxton se sorprendió cuando, hace 15 años, “El Misterio del Origen de la Vida”, libro que escribió juntamente con otros dos científicos sobre la evolución química, obtuvo una respuesta muy positiva entre los científicos del país. Thaxton, que visitaba la Charles University en Praga como profesor asistente, esperaba una reacción negativa, si es que el libro (que desde entonces ha llegado a ser considerado como una de las obras pioneras en lo que ha sido llamado el Movimiento del Diseño Inteligente) hubiera llegado a ser digno de atención.

Al fin y al cabo, “El Misterio del Origen de la Vida”, que se había convertido en uno de los textos universitarios más vendidos, sugería la posibilidad de un diseño inteligente en la naturaleza y señalaba errores graves en el Darwinismo. Tales opiniones eran consideradas como impensables y definitivamente acientíficas por la amplia mayoría de los científicos de la época, no sólo porque la teoría del Diseño Inteligente sugiere que la evolución no es el proceso casual y al azar que la mayoría de los biólogos creían que era, sino también porque (cosa incluso más inaceptable) indicaba la probable existencia de un diseñador, ó quizás Dios, que sería el responsable del diseño. La idea de que un diseñador pudiera ser el responsable de la naturaleza, era un concepto que ningún científico que se preciara a sí mismo querría llevar al curso científico de las cosas.

“No pensaba que este libro tuviera ninguna aceptación. Cuando lo escribimos, fue como ser un lobo solitario allí afuera”, cuenta Thaxton a Insight. “Los materialistas empedernidos no van a tolerar inteligencia en la naturaleza”, dice. “Entonces recibí muchas llamadas de científicos y matemáticos que sí lo hicieron”, hombres y mujeres de una gran variedad de campos de la ciencia que estaban llegando a las mismas conclusiones que Thaxton había descrito en “El Misterio del Origen de la Vida”. Ellos (al igual que Thaxton y sus coautores) estaban descubriendo diariamente información en sus laboratorios y búsquedas científicas que ya no podían ser explicadas por el modelo estándar de la evolución darwiniana. Dicha información podía ser mejor —y más científicamente— entendida, argumentando que ciertas entidades altamente complejas en la naturaleza, la molécula de DNA, por ejemplo, habían sido diseñadas para hacer lo que hacían y no evolucionaban al azar, por accidente, que es como la evolución darwiniana explica su origen.

Uno de los que se pusieron en contacto con Thaxton fue William Dembski. Dembski, un hombre joven con un doctorado en matemáticas de la Universidad de Chicago, un segundo doctorado en filosofía de la Universidad de Illinois en Chicago y un máster en teología del Princeton Theological Seminary, tuvo la firme convicción de que Thaxton no solamente tenía razón sino que también estaba en algo que iba a revolucionar la manera en que el hombre miraría a la naturaleza y la manera en que los biólogos abordarían su campo. Él quería tomar parte en esa revolución.

Recientemente, Dembski ha publicado su propia aportación al crecimiento continuo del Movimiento del Diseño Inteligente, un libro de argumentos contundentes que él llama “La Inferencia del Diseño”, en el cual Dembski (cuya lista impresionante de títulos llevó a un amigo a describirle como “el estudiante perpetuo”) emplea sus conocimientos de lógica simbólica y matemáticas para argumentar a favor del diseño en la naturaleza. El libro de Dembski es una de las más recientes e impresionantes contribuciones que adornan los estudios de Diseño (nombre que utilizan sus partidarios), que es una rama de la ciencia que ha crecido y está cada vez más sofisticada desde la contribución de Thaxton, hace 15 años.

Entre el libro co-escrito de Thaxton y la reciente contribución de Dembski, el Movimiento del Diseño Inteligente ha llegado muy lejos. Y más desarrollos están en camino, prometen sus partidarios. Ahora el Diseño Inteligente tiene su propia revista profesional, Origins & Design. Muchos de los que lo apoyan pertenecen a un grupo de expertos, el Centro para la Renovación de la Ciencia y de la Cultura en el Discovery Institute de Seattle, aunque muchos de los asociados con el centro están localizados en otra parte: Dembski, por ejemplo, está en Dallas, y Thaxton, permanece en Praga. Además, el movimiento tiene su propia revista para no científicos, el vistoso cuatrimestral Cosmic Pursuit, en el que científicos como Thaxton y Dembski presentan sus ideas para el lector general.

Y, ¿cuáles son esas ideas? Primero, argumentan que su defensa del Diseño surge directamente de la información empírica que han observado como científicos, más que de ninguna noción teológica o filosófica que puedan mantener. “Los descubrimientos en matemáticas y en biología están abriendo camino para un Diseño y un Diseñador,” dice Thaxton. Y Michael Behe, un bioquímico de la Universidad de Lehigh que es el autor de uno de los textos más importantes del Movimiento del Diseño Inteligente, “La Caja Negra de Darwin” (1996), dice a Insight, “el Diseño Inteligente fluye directamente desde la información que está actualmente disponible”.

Lo que hace que esta afirmación sea muy significativa es que da una visión del Diseño Inteligente como un fenómeno que debe ser tratado y estudiado científicamente más que como un tópico dejado para la religión u otros propósitos. Su afirmación lleva directamente al otro argumento principal del los defensores del Diseño Inteligente: la ciencia actual no es adecuada para tratar con el descubrimiento de un diseño inteligente en la naturaleza a causa de la manera en que está constituida en estos momentos, porque la ciencia está demasiado atada a las interpretaciones materialistas y naturalistas de lo que es la naturaleza.

Esta afirmación es revolucionaria. Lo que está en la base del argumento, dice Dembski, es una controversia sobre “la naturaleza de la naturaleza”. Dembski piensa que la ciencia natural está “empobrecida” a la hora de abordar el tema del diseño inteligente. ¿Por qué está empobrecida? Porque el materialismo y el naturalismo asumen que las explicaciones naturales son suficientes para explicar cualquier pregunta que surja en la ciencia, y esto sencillamente no basta a la hora de tratar el fenómeno del Diseño. (En efecto, cualquier defensor del Movimiento del Diseño Inteligente te dirá que entender cómo tratar científicamente con el diseño en la naturaleza es uno de los problemas más importantes del movimiento.)

El Diseño Inteligente no argumenta a favor de ninguna teología específica. “La palabra ‘Diseñador’ no significa forzosamente el Dios del Génesis”, dice Thaxton (aunque no lo excluye). “Mi opinión es que desde la información empírica no podemos hacer la afirmación de una deidad. Es la posibilidad de una deidad a la que llegamos”. Thaxton explica que es un “diseño genérico del que hablamos en el Diseño Inteligente. Cuando las personas quieren ir más allá de eso, allí es donde entra su visión particular de Dios”.

Lo que hace que el Movimiento del Diseño Inteligente sea tan revolucionario es que va totalmente en contra de la sabiduría perceptible de la ciencia, y particularmente de la biología. El darwinismo impregna cada aspecto de la civilización occidental, observa Dembski. Y los darwinistas argumentan que no hay diseño en la naturaleza, ninguno que pueda llevarnos a pensar en un diseñador. Todo lo que hay en la naturaleza, dicen los darwinistas, es resultado de una evolución casual, no hay ningún diseño que pueda sugerir dirección o planificación.

Así es como uno de los principales darwinistas, Richard Dawkins de la Universidad de Oxford, describió su visión del mundo en su libro de 1995, “Río que sale del Edén (River out of Eden): una visión darwinista de la vida”, un ataque directo a la posibilidad de un diseño en la naturaleza: “El Universo que observamos tiene precisamente las propiedades que esperamos que tenga si no existe, en el fondo, ningún diseño, ningún propósito, ni bien ni mal, no hay nada más que una indiferencia ciega, despiadada”.

La posición darwiniana fue puesta en palabras incluso más duras por Peter Atkins en su libro “La Segunda Ley” (The Second Law), que apareció en 1984, el mismo año en que Thaxton y sus coautores publicaron “El Misterio del Origen de la Vida”: “Somos los hijos del caos, y la profunda estructura del cambio es la degeneración. En el fondo, solamente hay corrupción y el flujo imparable del caos. El propósito se ha desvanecido; todo lo que queda es la dirección. Esa es la frialdad que tenemos que aceptar al mirar profunda y desapasionadamente en el corazón del Universo.”

En contra de la visión darwiniana dominante, el argumento de Thaxton a favor del Diseño Inteligente, reducido a los términos más simples es éste: La molécula de DNA, la base de la vida, es un mensaje, dice él. Es información codificada en una doble hélice. No es como un mensaje; es el mensaje. La molécula misma es un diseño elaborado y complejo que es un mensaje.

Nosotros los humanos sabemos por experiencia que, cuando hay un mensaje, es una inteligencia la que ha creado ese mensaje, dice Thaxton. Ninguna otra explicación sería suficiente para dar razón a la existencia del mensaje. No recibimos cartas de un remitente inexistente, al azar, sin propósito, por ejemplo. “Sabemos por experiencia que cuando hay un diseño, hay un diseñador.”

Behe toma el darwinismo desde un ángulo diferente. Un Doctor en Bioquímica de la Universidad de Pennsylvania, Behe argumenta que la vida, en lo más fundamental, es “irreductiblemente compleja”, una frase que ha añadido al debate del Diseño Inteligente. Para explicar lo que quiere decir con irreductiblemente compleja, Behe habla de una ratonera, una construcción humana hecha de una base, un martillo, un muelle y una barra de sujeción. Cada una es necesaria para que la ratonera funcione. Sin uno de estos elementos, la ratonera no funcionaría.

También la naturaleza tiene ejemplos de complejidad irreductible, el sistema en una célula que capta proteínas para enviarlas a compartimentos subcelulares, por ejemplo. Casi cada uno de los componentes que conforman este sistema son necesarios para que el sistema funcione. Sin uno de estos componentes, las proteínas no serían enviadas a su correcto destino.

Behe argumenta que el desarrollo de un sistema tan elaborado y complejo en términos evolucionarios darwinianos, consistente en un pequeño paso después de otro, no serviría porque durante cualquier paso previo al de todas las partes complejas trabajando juntas, el sistema no funcionaría. ¿Cuál es la probabilidad de que todas esas partes que tienen que trabajar juntas hubieran empezado a trabajar conjuntamente en un momento determinado? Igual que la complejidad irreductible de una ratonera indica un diseño que da la posibilidad de que todos sus elementos trabajen juntos, así la irreductible complejidad del sistema celular del envío de proteínas indica un diseño.

A Behe le gusta citar a Darwin mismo para mostrar la importancia de la complejidad irreductible en cuanto a la teoría darwiniana. En el Origen de las Especies, Darwin escribió: “Si pudiera ser demostrado que cualquier órgano complejo existiera que no fuera posible que se hubiera formado por numerosas y sucesivas ligeras modificaciones, mi teoría quedaría destruida”. Behe piensa que la existencia de dicho organismo complejo ya ha sido demostrada.

Es muy importante que los argumentos de científicos como Thaxton, Behe y otros del Movimiento del Diseño Inteligente sean reconocidos como científicos. En efecto, Thaxton, un cristiano, estuvo mucho tiempo preguntándose, “¿estoy fuera de los límites de la ciencia?” y finalmente concluyó que no lo estaba, pero añade que es el deber de los que apoyan el Diseño Inteligente que “lleguemos a una comprensión realista de lo que es el movimiento sin destruir la integridad de la ciencia.”

Thaxton toma cierto consuelo en el hecho de que el Movimiento del Diseño contemporáneo no está introduciendo algo nuevo en la ciencia. El gran físico Sir Isaac Newton (que murió en 1727), por ejemplo, escribió, “El más maravilloso sistema del sol, planetas y cometas, solamente podría proceder de la determinación y dominio de un ser inteligente y poderoso.”

A Dembski le gusta mencionar al teólogo inglés William Paley que publicó su Teología Natural en 1802, en la cual hizo su famoso argumento de que si nos encontráramos un reloj en un campo, asumiríamos que fue fabricado por una inteligencia, porque sus diversas partes están dirigidas hacia un objetivo: decir la hora. (Paley también tenía mucho que decir sobre la complejidad del ojo del mamífero, que parecía indicar un diseño. Darwin, que estaba igualmente maravillado de la complejidad del ojo humano, concluyó que a pesar de su complejidad, el ojo podría haber evolucionado poco a poco a través del tiempo.)

Behe es optimista con respecto al futuro del Movimiento del Diseño Inteligente: “No sé si van a ser dos años o veinte, pero allí es hacia dónde se dirige la información de la ciencia”, dice. “Los científicos notan que hay algo que no encaja del todo. Hay nuevas ideas para las que se necesitan nuevas definiciones.”

A Dembski, cuyo reciente libro La Inferencia del Diseño presenta con gran detalle cómo el argumento del Diseño Inteligente satisface la lógica y la probabilidad, le gusta comparar la influencia del movimiento sobre la ciencia con el efecto en la Europa del este que tuvieron los movimientos de libertad y democracia. La crítica al darwinismo ahora amenaza la hegemonía del mismo modo, dice, que el paso hacia la libertad hizo temblar al imperio soviético.

Dembski enfatiza que el Movimiento del Diseño Inteligente ha de demostrar su constitución científica, aunque ve posibilidades más amplias hacia donde nos podría llevar la idea del Diseño Inteligente: “Las cuestiones de moralidad podrían, al parecer, ser añadidas”. También es posible “la renovación de toda la noción de la Ley Natural”.
Thaxton, que dirigirá un seminario sobre “Detectar Diseño en la Naturaleza” en la asamblea anual de la Afiliación Científica Americana en julio[de 1999], compara la situación actual del Diseño Inteligente con la situación de la Física Cuántica hace un siglo. Max Planck, el teórico de la física cuántica, perdió la esperanza de que su teoría fuera aceptada por sus compañeros físicos, destaca Thaxton. Concluyó que para que su teoría ganara respetabilidad, tendría que morir toda una generación de científicos y ser reemplazados por hombres y mujeres más jóvenes y con mentes más abiertas, preparados para avanzar en la dirección donde les llevara su información, que sería hacia la hipótesis de la Física Cuántica. Lo que se ha de hacer para que el Diseño Inteligente sea aceptado, concluye, “es superar la inercia de la edad”.
Copyright © 1999 New World Communication, Inc. Todos los derechos reservedados. Copyright internacional asegurado. Traducción Cristina Palomeque Kovacs.
Usado con permiso de ARN (URL http://www.arn.org/)

lunes, 21 de marzo de 2011

Cientificos hayan pruebas de la existencia de Dios..


Cientificos hayan pruebas de la existencia de Dios..

"En el principio creó Dios los cielos y la tierra"
(Génesis 1:1).
Científicos hallan prueba de la existencia de Dios.
La hegemonía darwinista en las ciencias naturales podría verse
amenazada por un revolucionario movimiento de vanguardia que ve en la naturaleza una concepción o diseño
inteligente, y además, un Artífice.


Hace 15 años, el químico Charles Thaxton quedó atónito
ante la gran acogida que tuvo en ámbitos científicos un libro
que escribió junto con otros dos científicos sobre la evolución
química. Thaxton --profesor adjunto de la universidad Charles, de
Praga-- esperaba que a lo menos la obra provocaría una reacción
negativa, si es que no pasaba completamente inadvertida. (Desde entonces se
ha convertido en uno de los pedernales de lo que se ha dado en llamar el
movimiento
de Diseño Inteligente).


Al fin y al cabo, The Mystery of Life's Origin (El misterio del origen de la
vida), que llegó a ser éxito de ventas entre los libros de texto
universitarios, introdujo la hipótesis de la concepción inteligente
en la naturaleza y señaló las graves incongruencias del darwinismo.
En aquel momento una amplia mayoría de científicos consideraba
que dichos conceptos eran impensables y sin duda poco empíricos, no solamente
porque el diseño o concepción inteligente sugería que la
evolución no constituía el proceso aleatorio y caótico
que le atribuían la mayoría de los biólogos, sino que --más
difícil de aceptar aún-- indicaba la probable existencia de
un diseñador --tal vez, Dios-- autor de dicho diseño.
La idea de que un diseñador o artífice pudiera representar la
mano que mueve la naturaleza, era un concepto que ningún especialista
que se preciara de tal quería introducir en el esquema científico
de las cosas.


"Creí que nadie aceptaría el libro. Cuando lo escribimos,
nuestra postura era completamente marginal", cuenta Thaxton a Insight.
"Los materialistas a ultranza no van a tolerar la idea de que la naturaleza
esté dotada de inteligencia", afirma.


"Después empecé a recibir llamadas de científicos
y matemáticos que sí la aceptaban": hombres y mujeres exponentes
de diversos ramos de la ciencia que llegaban a las mismas conclusiones que
Thaxton
describió en The Mystery of Life's Origin. Al igual que Thaxton y sus
coautores, estos científicos obtenían a diario datos en sus laboratorios
y trabajos científicos que no hallaban explicación dentro del
modelo tradicional de evolucionismo darwiniano. Dichos datos eran susceptibles
de una explicación más convincente --y científica--
mediante el argumento de que las entidades naturales de gran complejidad --por
ejemplo, la molécula de ADN-- fueron concebidas para hacer lo que
hacen en vez de evolucionar aleatoriamente, fruto de la casualidad, según
los postulados del evolucionismo de Darwin.


El argumento de Thaxton en favor del Diseño Inteligente, reducido a su
mínima expresión, puede formularse de la siguiente manera: la
molécula de ADN, origen de la vida, constituye un mensaje. Se trata de
información codificada en una hélice doble. No se asemeja a un
mensaje; lo es en sí mismo. La molécula misma es un diseño
complejo e intrincado que lleva implícito un mensaje.


Thaxton alega que los humanos sabemos por experiencia que donde hay un
mensaje,
éste tiene que haber sido emitido por una inteligencia. Ningún
otro argumento basta para explicar la existencia del mismo. No recibimos
cartas
de un remitente aleatorio y errante. Ello, por tanto, implica que el ADN --un
mensaje-- es fruto de una concepción inteligente. "Sabemos
por experiencia que cuando hay diseño, tiene que haber un diseñador".


De Stephen Goode, Separata de Insight, 4 de abril de 1999
Loius Pasteur


(1822-1895), químico francés que fundó la micro biología,
dijo: "Cuanto más estudio la naturaleza, más fascinado me
quedo con el Creador".
El gran físico, Sir Isaac


Newton (1642-1727), escribió: "Este hermoso sistema compuesto por
el sol, los planetas y los cometas, únicamente podría proceder
del consejo y dominio de un ser sumamente poderoso e inteligente".
El Dr. Arthur Compton (1892-1962) --premio Nobel


de física--, dijo: "Para mí, la fe tiene origen en la
noción de que un ente supremo creó el universo y al hombre. No
me resulta difícil tener esa fe, pues resulta incontrovertible que donde
hay un designio, hay inteligencia. Un universo que se desenvuelve
ordenadamente
atestigua de la veracidad de la afirmación más majestuosa que
se haya pronunciado: "En el principio, Dios…"

Por qué Dios permite que triunfen los malos?

¿Por qué Dios permite
que triunfen los malos?
Está bien decir que Dios “permite”, porque Dios nunca puede causar el mal, ya que El es infinitamente perfecto e infinitamente bueno. Dios es la Bondad y la Perfección mismas.
Ahora bien, en la Voluntad de Dios podemos apreciar dos formas: una activa, mediante la cual Dios causa todo el bien que vemos, y una pasiva mediante la cual permite que se suceda el mal ... y lo permite sólo para sacar un mayor bien.
Dios no quiere el mal ... solamente lo permite. Y lo permite porque Dios hizo a los seres humanos libres. Ser hombre o mujer significa ser libre, porque Dios quiere que lleguemos a El en libertad. Ser libre significa que podemos escoger libremente el bien y también escoger libremente el mal. Con la libertad existe entonces la posibilidad del mal.
El problema está en que los hombres y mujeres de todos los tiempos -desde Adán y Eva hasta hoy- hemos mal usado ese regalo tan valioso que Dios nos dio: la libertad.
Pero el mal en el mundo no es fruto de la Voluntad de Dios, sino del mal uso que el ser humano ha hecho de la libertad que Dios le dio.
Al dejarnos llevar por el orgullo, el egoísmo, la mentira y por tantas otras seducciones del Maligno, crecen, entonces, la maldad, la injusticia, el desamor, la violencia y todos los demás males que vemos en nuestro entorno y en el mundo entero.
Pero Dios no quiere esto. La Voluntad activa de Dios es que todos los seres humanos nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la Verdad. El mal se sucede porque nosotros, los seres humanos, escogemos el mal. Dios simplemente permite que tomemos esa terrible opción por el mal. Y cada opción por el mal que tomamos cada uno de nosotros va causando otros males en el mundo.
Sabemos que Dios puede sacar -y de hecho saca- bien de cualquier mal. El problema es que a veces nos cegamos y vemos sólo el mal y los males causados por el mal. Por estar tan alejados de Dios no podemos apreciar su actuación sacando bien del mal.
El mejor ejemplo de este tipo de actuación divina es nuestra redención. Esta ha sido el mayor bien sacado del peor mal: la muerte injustísima de Jesucristo, el Hijo de Dios, fue causa de nuestra salvación eterna.
Cierto, muchos males parecen no recibir su castigo aquí en esta vida. Pero tenemos que estar seguros que, siendo Dios también infinitamente justo, en el tribunal de la eternidad quedará todo en orden.
Es decir, el Juicio Final dará a conocer la Sabiduría y la Justicia de Dios. Ese día conocerá toda la humanidad cómo Dios dispuso la historia de la salvación de la humanidad y la historia de cada uno de nosotros para nuestro mayor bien, que es la felicidad definitiva, perfecta y eterna en la presencia de Dios en el Cielo. Se conocerá cómo los diferentes males y sufrimientos de las personas y de la humanidad los ha tornado Dios para Su gloria y para nuestro bien eterno. Mucho de lo que ahora en este mundo se considera tonto, negativo, incomprensible, se verá a la luz de la Sabiduría Divina.
“‘El día que Yo actúe’, dice el Señor de los Ejércitos ... entonces verán la diferencia entre los buenos y los malos, entre los que obedecen a Dios y los que no lo obedecen. Ya viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice el Señor de los Ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen al Señor, brillará el Sol de Justicia, que les traerá la salvación en sus rayos” (Mlq. 3, 13-18).
Es así como la presencia del mal en el mundo es un misterio que sólo quedará explicado en la otra vida, en el Juicio Final.