miércoles, 23 de marzo de 2011

¿En 1 Corintios 5:5, qué significa “entregar a Satanás”?


De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (1 Co. 5:1-5)
El texto expresa que alguien en la iglesia de Corinto tiene relaciones con la esposa de su padre (no con su propia madre como han comentado algunos). El pecado no deja de ser gravísimo y de tal forma lo considera Pablo, quien condena el pecado junto con la actitud de tolerancia de la iglesia. Es por ello que Pablo ordena a la iglesia ejercer disciplina sobre el pecador. No cabe duda que los corintios entendieron muy bien lo que el apóstol estaba comunicando. Hoy, a dos milenios de distancia, los exégetas sólo pueden hacer calculadas deducciones sobre el significado del texto, por ello es que existen tantas interpretaciones como comentaristas.
La interpretación clásica es que la frase “entregar a Satanás” es equivalente a excomulgar al pecador, apartarlo de la iglesia y la comunidad cristiana. La frase “destrucción de la carne” copulada con “a fin de que el espíritu sea salvo”, dicen muchos eruditos que es una referencia a que la deterioración del cuerpo de un hombre le conduce al arrepentimiento y por lo tanto a encontrar salvación.
Unos pocos comentaristas ponen 1 Corintios 5:5 en un contexto diferente al adjudicado tradicionalmente, y yo pienso que la aproximación es muy interesante. Ellos ubican las palabras de Pablo dentro del más amplio contexto de las señales de apóstol, aquellas que fueron concedidas a los apóstoles por el Espíritu Santo a los efectos de confirmar su autoridad apostólica en los comienzos de la Iglesia.
En este caso en particular, estaríamos frente a la señal o don específico de aplicar juicio repentino y tajante sobre ciertas personas y bajo determinadas circunstancias.
El caso de Ananías y Safira, en Hechos 5, sería un ejemplo típico. Hechos 12, a su vez, narra el caso de Elimás, quien es cegado temporalmente por Pablo, en el poder del Espíritu Santo. En el capítulo anterior encontramos la muerte repentina de Herodes. Si bien ningún apóstol participó en este suceso, lo que resalta es la intervención drástica de Dios trayendo juicio inmediato sobre una persona.
Otro pasaje que parece insinuar marcadamente la existencia de juicios repentinos está en 1 Corintios 11, donde Pablo señala que por participar en la comunión indignamente, muchos están “enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen” (1 Co. 11:30). No hay duda de lo que “dormir” significa en este contexto. Sin duda, este tipo de situación era común durante la época apostólica, y Pablo sabe que su audiencia estaba en conocimiento de ello. Claro que la muerte repentina de aquellos que toman la cena del Señor en forma indiferente, como un rito, o estando en pecado, o con una actitud impía, no parece ser muy común en estos días.
Otros pasajes que parecen sugerir este tipo de señales presentes en la época apostólica son, Romanos 14:14,15; 1 Corintios  8:10-11; Santiago 5:19-20; 2 Pedro 2:1; y 1 Juan 5:17.
La narrativa bíblica deja traslucir que estas señales de juicio repentino fueron disminuyendo con el paso del tiempo. En 1 Timoteo 1:19-20, Pablo entrega a Satanás a Himeneo y Alejandro. Sin embargo, un año más tarde aproximadamente, en 2 Timoteo, encontramos que Alejandro aún sigue dando problemas.
No sabemos cuándo estas señales comenzaron a ser menos frecuentes, pero las últimas epístolas parecen referirse a ellas más como una posibilidad y no algo que se daba por seguro.
Esperamos haber sido de ayuda.
Pablo Santomauro

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