domingo, 25 de julio de 2010

LA ESPADA DEL ESPÍRITU

Dios ha llamado a sus hijos e hijas a vivir una nueva vida como vencedores. Aunque en el mundo religioso algunos dicen que "todos los caminos conducen a Dios", la Biblia deja bien claro que ante nosotros existen sólo dos caminos y muy diferentes, para transitar en esta vida. Y que de la elección de uno de ellos dependerá que tengamos una vida de victoria en todo lo que emprendamos, o de total derrota. En Mateo 7:13,14 dice Jesús: "…Ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición,…y angosto el camino que lleva a la vida,..". En Proverbios 16:25 encontramos una seria advertencia que dice que "hay camino que al hombre le parece derecho. Pero su fin es camino de muerte". Jesús no nos dejó con la incógnita de cuál es el camino estrecho que nos lleva a la vida, Él mismo declaró estas palabras: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mi" (Juan 14:6).


La palabra de Dios sin embargo nos advierte, con la intención de que no nos confundamos, en la elección del camino que a nosotros, puede parecernos derecho. Esto establece una preocupante realidad; la de que podemos confundirnos. Para ello debemos formularnos a nosotros mismos un par de preguntas: Quién realmente está guiando nuestra vida hoy? Y la otra es: Cómo podemos verificarlo?. Tenemos que ir a la Biblia por la respuesta, y allí nos encontramos conque "la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que una espada de dos filos. Y penetra hasta partir el alma y el espíritu" (Hebreos 4:12). Lo que significa que la palabra de Dios obra cuando penetra y divide nuestro ser interior. Lo importante es saber qué es lo que divide. Precisamente divide los dos caminos, porque cuando la Palabra penetra "discierne los pensamientos y las intenciones del corazón". Es necesario separar los pensamientos y análisis que hacemos en nuestra alma; de las motivaciones de nuestro corazón. Todos sabemos que tenemos un corazón engañoso, por lo tanto podemos elegir mal el camino, pues la elección puede estar basada en lo que pensamos, e impulsados por la motivación de nuestras intenciones humanas.


Para no errar el camino, dice la Biblia que debemos permitir que la palabra de Dios separe nuestra alma de nuestro espíritu. Hasta que nuestra alma no sea partida y apartada de nuestro espíritu, podremos estar eligiendo el camino del error, creyendo que es el correcto. El problema principal es que el alma busca que nos amemos a nosotros mismos, y es tan fuerte ese deseo que convence al corazón para andar en la misma dirección. Sólo cuando nuestro espíritu humano es avivado por el Espíritu Santo, recibimos la revelación de la verdad que impedirá que nos equivoquemos.


Veamos, Cuándo un creyente puede ser confundido? Cuando el creyente esté viviendo su vida cristiana desde el alma, o anímicamente, sólo tiene la apariencia de ser un creyente espiritual, pero realmente es un creyente anímico, y no espiritual. Dónde se establece la diferencia? Cuando nos convertimos en hijos o hijas de Dios, naturalmente nos sentimos impulsados a involucrarnos en la obra de Dios. Aquí es donde podemos quedar atrapados por el alma, pues todos tenemos un estímulo natural hacia la acción, y si por ejemplo, seguimos la inclinacion natural de ayudar a otros, terminaremos trabajando en nuestras fuerzas, y queriendo hacer lo que pensamos es lo mejor en nuestra opinión. Una mujer que se convirtió al Señor, se hizo miembro de nuestra congregación, y se ofreció para colaborar en la iglesia. Ella tenía dotes naturales para el canto lírico, y había participado en algunos eventos vocacionales. Pensó que Dios la había llamado para que usara su don natural para la obra de Dios. Pero luego de probarla, notamos que ella no se unía al coro, siempre buscaba un lugar para sobresalir, causando problemas al grupo. Hablé con sinceridad con ella, y le expliqué que no estaba lista para participar en el ministerio del canto y la música. Pareció entenderlo, y dado sus fervientes deseos de servir al Señor, le dimos una tarea en la iglesia, que ella aceptó en principio. Pero pronto surgieron problemas de relación con otros miembros por la forma en que ella encaraba la tarea. Y cada tanto volvía a insistir en que Dios la llamó para el ministerio del canto y la alabanza. Finalmente, se fue de nuestra congregación a otra. Y nos dijo que ellos habían aceptado su ministerio. Pero al poco tiempo nos enteramos que estaba en una tercer iglesia tratando de integrarse al coro. El problema principal, fue que ella no permitió que su alma fuese partida y quebrantada, y así siguió errando el camino al cual Dios la había llamado.


Dios busca que todo lo que hagamos lo impulsemos desde nuestro espíritu, pues allí mora el Espíritu de Dios, y desde allí puede ejercer Su divino control sobre nuestra vida. Si la espada de Dios, no separa y divide nuestro humanismo, estaremos tratando nosotros mismos de ejercer el control de nuestra vida espiritual. Con frecuencia podemos caer en el error de que lo que suponemos es de Dios, surja de nosotros mismos, y como resultado estamos sirviendo al Señor en nuestras fuerzas a nuestra manera. Dios quiere que como creyentes podamos discernir lo que procede de nuestra alma o de nuestro yo, de lo que procede del Espíritu de Dios.


Yo no sé si a usted, le ha tocado la experiencia de ser conmovido, o conmovida, por un sermón, y responder a un llamado al altar para volver a rendir su yo, para buscar vivir solamente en el Espíritu. O si ha confesado pecados con arrepentimiento, pero más tarde vuelve a reiterarlos, es como que su confesión no sirvió para mucho. Se ha preguntaqdo por qué puede sucedernos esto? Es porque básicamente todo lo hemos hecho desde las emociones y sentimientos, desde el alma no quebrantada o partida. Esto es estar viviendo el cristianismo a nuestra manera. Por eso es tan importante elegir el camino correcto, y ese es el camino de Jesús, que nos sigue diciendo una y otra vez: "Yo soy el camino".


Nuestras confesiones de pecados, nuestra intención de morir al yo, todo debe ser obra del Espíritu Santo en nosotros, y no de nuestros esfuerzos por dejar de pecar, o de morir al yo, pues así estaremos andando por el "camino que nos parece derecho". Por esto dice Dios que "Mi espada es la mas aguda de todas, y cuando mi Palabra entra puede partir y dividir el alma del espiritu". Qué sucede cuando se produce la división? Recibimos la revelación de los pensamientos e intenciones de nuestro corazón. Pues, nosotros no conocemos nuestro propio corazón. Sólo cuando el alma es quebrada, nuestro espíritu humano es liberado, y así conoceremos las intenciones del Espiritu de Dios en nosotros. En realidad esta luz de Dios nos revela dos cosas: una, está referida a cómo somos verdaderamente en nuestra alma: egoístas, egocéntricos, mezquinos, buscando siempre nuestra gloria y nuestra gratificación, desde allí buscamos todo prestigio para nuestro yo. Pero creo que usted ya no quiere esto verdad?. Entonces recibamos la luz del Señor y digamos: "Bendita sea tu espada Señor, parte mi alma y libera mi espíritu, para que caiga postrado a Tus pies".


Hebreos 4;13 dice: "…todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquél a quien tenemos que dar cuenta". Esta revelación, esta luz divina es al que nos capacita para poder ver todas las cosas como Dios las vé. Vivir en el camino de Jesús, es vivir fuera del orgullo, del egoísmo, de la mezquindad. Recoredemos que cuando andamos en los caminos del alma, seguimos siendo orgullosos, egoístas y mezquinos. Sólo cuando el alma es quebrada, podemos ser humildes, compasivos y generosos. La verdadera liberación espiritual la experimentamos cuando permitimos que Dios divida nuestra alma de nuestro espíritu, entonces sí, verdaderamente entraremos por la puerta estrecha en el camino de Jesús. Entonces no diremos nunca más como el fariseo: "Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como éste publicano" (Lucas 18:11). Como usted sabe, este fariseo no fue justificado por el Señor, pues Jesús aclaró que "cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido". Nosotros ya no somos nuestros, y no tenemos que enaltecernos de nada, por lo tanto Jesús es nuestro único camino, nuestra única verdad, y nuestra única vida".

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